El retorno desde el Monasterio se realiza por una pista asfaltada que desciende con una fuerte componente sur hasta el trazado de la antigua carretera nacional 240 que se seguirá hacia el este hasta las proximidades del abandonado núcleo de Tiermas. Con la construcción de la autovía se ha conseguido reducir de forma drástica la circulación de vehículos a motor en este tramo lo que lo convierte en un interesante paseo para ciclistas con vistas al embalse y a las masas arboladas del entorno. Tras pasar el acceso hacia Tiermas y el antiguo camping Mar del Pirineo se coge una pista que asciende hacia el norte y nos permite alcanzar de nuevo las grandes áreas forestales del sur de la Sierra de Leyre. Allí se siguen por tramos de pista hasta retornar al punto inicial de la parte circular del recorrido desde donde retornaremos en dirección inversa la primera parte lineal recorrida pasando por Escó hasta llegar a Sigüés.
INTERÉS DE LA RUTA
Ruta de alto interés deportivo principalmente por su longitud pero que también presenta cierto desnivel concentrado en el primer tramo de aproximación a la cara oeste de la Sierra de Orba desde Sigüés. La ruta exige un buen estado de forma pues no hay especiales dificultades técnicas para su recorrido. La ruta presenta un gran interés paisajístico pues al ganar altura con respecto al valle permite tener unas espectaculares vistas del tramo encañonado del río Esca entre Sigüés y Salvatierra de Esca. Desde la ruta se observa el espacio agrícola que domina los terrenos de menor pendiente situados en la base de la Sierra de Orba tanto al sur como al norte de la misma.
También se recorren y principalmente se pueden observar las masas arboladas que dominan los terrenos de ladera de la Sierra de Orba y de otras laderas de las sierras próximas. En relación al cañón fluvial del río Esca hay que destacar las formaciones geológicas visibles en el cañón y la rica variedad de bosques que pueblan la Sierra de Orba con un gran contraste entre las caras sur y norte de la misma. En la solana encontramos encinares y robledales principalmente y en la cara norte hay una mayor diversidad con presencia del Quercus pirenaica, enclave único conocido en el Pirineo Aragonés, hayas, pino silvestre, robledal y encinar.